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alumnos de la clase de jazz de la escuela de baile y comedia musical  Coco Comin durante la celebración del festival en Junio de 2024 en Barcelona.

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ISADORA DUNCAN, LA MADRE DE LA DANZA MODERNA ¿VERDAD O MENTIRA?

  • 21 mar
  • 4 Min. de lectura

¿Es Isadora Duncan la madre de la danza moderna? Desmontando el mito de Isadora Duncan y en defensa de la danza Jazz.


Isadora Duncan considerada por muchos la creadora de la Danza Moderna y Contemporánea, ha pasado a la historia como una mujer que revolucionó la danza. Para muchos, Isadora Duncan fue la madre de la danza. Fijó las bases de lo que ella denominó “baile moderno” o “contemporáneo” ¿Verdad o mentira que Isadora Duncan fuera la madre de la danza moderna?


Mi opinión es que sólo se aprovechó del ballet clásico, jugando a romper sus estructuras, sabiendo que sus extravagancias desatarían polémica.  También copió los patrones ya existentes de la antigua Grecia llegando a creerse inventora de un nuevo expresionismo, a pesar de su limitada técnica. Ocurrió que su aparatosa vida y su trágica muerte hizo de ella un mito.


Sin embargo, su concepción de la Danza no fue innovadora, como ella pretendía. Los movimientos y ritmos libres y con los pies descalzos que la acercaban a la naturaleza y a la expresión “inspiración del alma”, han existido siempre y seguirán existiendo en las tribus nativas de todos los países. La autoexpresión y la narración emocional a través del movimiento es un común denominador en todos los bailarines y en todas las técnicas. Y, sin ir más lejos, encontramos en el flamenco la más intensa expresión de las emociones. Nadie puede dar lecciones a nadie de cómo conectar con el alma.


Pronto se unió a la corriente expresionista de principios del siglo XX, a juzgar por la forma distorsionada y exagerada de sus actuaciones. Éxtasis, angustias, conflicto interno, dolor, júbilo exacerbado...


Mi opinión es que Isadora Duncan fue un producto comercial más, como los que existen hasta la saciedad hoy en día. Por si fuera poco, Isadora Duncan se unió a las tendencias supremacista que a favor de la raza blanca dominaban Estados Unidos. Ella describía el Jazz como una “baile salvaje procedente de África”, “un salvaje primitivismo” decía, y pretendía erradicar los movimientos pélvicos por considerarlos “perversos”. La pretensión de la Sra. Duncan era eliminar los ingredientes africanos en una especie de purga racial. Como ahora es sabido, las razas humanas no existen y no se ha encontrado diferencias en el genoma humano entre un color de piel u otro. Por otro lado, la música de Jazz representa a América, le guste o no a Isadora.


Figuras como la de esta bailarina, ocasionó un grave perjuicio a la danza jazz tradicional. Rechazó públicamente la popularidad de la música negra por considerar que incitaba a movimientos ordinarios. En cambio, ella no dudó en usar túnicas transparentes e incluso desnudar su torso en público. Isadora despreció formas de baile que consideró populares y creyó e hizo creer a su entorno que su arte era más exclusivo.


Isadora encaja en el concepto “snob”. Las personas “snob” menosprecian lo que consideran inferior. Intentan emular a aquellos estatus sociales que consideran superiores y prefieren frecuentar círculos exclusivos de alto nivel. Su preocupación por la apariencia hace que tengan especial predilección por la moda y elijan las prendas para sus performances en base a la sofisticación, un arquetipo que sigue funcionando hoy en día. Su apariencia elitista, a pesar de su precariedad económica, y su asociación con círculos de alto nivel, consolidaron el mito. Se rodeó de amantes extraordinariamente ricos que financiaron hoteles de lujo, coches, mansiones y todos sus caprichos artísticos.



Isadora Duncan
Isadora Duncan, foto de archivo

Los movimientos supuestamente “rompedores” de Isadora Duncan y su legado nacieron con un aire de superioridad, un problema que continúa y debe ser resuelto de inmediato. Nada es superior ni inferior a nada. Por cierto, Isadora Duncan jamás creó una metodología formal, como hizo Marta Graham.


Por todo ello, concluyo que Isadora Duncan ha ejercido una influencia muy superflua en los profesionales de la danza y, siempre según mi parecer, no se la puede denominar madre de la danza moderna.


Aunque Isadora Duncan no se considera en realidad parte del movimiento “modernista” en el sentido estrictamente artístico, sus pretendidas innovaciones comparten ciertos parámetros e ideas con el modernismo en el sentido de la ruptura con las tradiciones en un claro enfrentamiento con el ballet clásico.


La siguiente cuestión es: ¿Acaso el ballet es despreciable? La Danza Clásica o ballet pertenece al más alto elitismo profesional y es extremadamente difícil su ejecución. Quizás la auténtica razón sólo fuera: “si no puedo enfrentarme a él, iré contra él”. La prueba de la supremacía del elegante, inmemorial, milenario y virtuoso ballet es que, desde sus orígenes en el siglo XVII, cuando Luis XIV de Francia fundó la Académie Royale en París -lo que marcó el inicio del ballet como una forma de arte profesional- sigue llenando los más prestigiosos teatros de Ópera y lo seguirá haciendo. Sólo el Musical es comparable en éxito y taquilla hoy en día.


Pero volvamos al Jazz. Lo cierto es que la mayoría de las academias de danza, por culpa o no de las opiniones de Isadora y de otros mal llamados “innovadores” de la danza, han olvidado la procedencia del Jazz.  


La Danza Jazz transmitida actualmente por muchos profesores con escasos conocimientos, ha hecho que esta disciplina perdiera su conexión con la música de Jazz, de la que sólo conservan el nombre. La mayor parte de la danza Jazz Moderna que se puede ver en los vídeos de las redes sociales, no es jazz porque carece de los rasgos esenciales que la definen. En muchos casos se aplican patrones de movimientos rígidos, creando confusión entre el público neófito. El Jazz Moderno es una apropiación indebida de la palabra Jazz.  Tampoco debería ser la etiqueta que colgamos a los bailes de Broadway y a raíz de esta cuestión podemos abrir un largo debate. Por cierto, a quien Hollywood y Broadway deben su fama es precisamente al Jazz.


El auténtico Jazz proviene de las raíces afroamericanas, el único Authentic Jazz, también llamado Roots Jazz o Jazz Vernáculo. A mí me gusta denominarlos “Genuine Jazz”. Cualquier otro movimiento que no se ajuste a sus normas es ilegítimo, artificial y falso.


Debemos tratar a la Danza Jazz con el respeto que se merece y siempre en conexión con la deslumbrante y culta música del mismo nombre. Cualquier persona que se atreva a minimizarla no es digna de llamarse artista y pierde de inmediato mi admiración. Sólo demuestra su incultura.


Por cierto, Isadora Duncan no es la bella Vanessa Redgrave.


Artículo de opinión "Isadora Duncan, madre de la danza moderna, verdad o mentira"

Coco Comin

 

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